Tu mano se ajusta a la mía como si estuviera hecha para mí. Pero ten en cuenta que esto, tal vez, tenia que suceder. Y uniendo las pecas de tus mejillas, acariciando tu pelo, ya todo tiene sentido para mí. Sé que nunca te han gustado las arrugas debajo de tus ojos cuando te ríes, ni tu vientre, ni tus muslos, ni tu espalda, ni tus ojos oscuros, pero yo los quiero con locura. No dejare escapar palabras al azar. No dejare por nada del mundo que este momento nos lo robe nadie. No te diré te quiero, ya que se la alergia que tienes a esas dos palabras, pero en el fondo cariño te lo diría cada segundo que estoy contigo. Porque estoy enamorado de ti y de todas estas pequeñas cosas.