Día a día las personas vamos creciendo y madurando, aunque nos empeñemos en el lema forever young. Pero en el fondo es una verdad universal. Todos seguimos teniendo ese espíritu inquieto que nos impulsa a actuar sin sentido, que nos tira al agua cuando tenemos miedo de hacerlo, cuando simplemente quieres gritar sin preocuparte de lo que piensen los demás, cuando no puedes para de sonreír por la tontería que te acaban de contar, cuando no quieres levantarte de la cama, cuando solo quieres salir para romper la pista de baile, todos esos momentos que solo nos recuerdan que seremos eternamente jóvenes.