“Cuando miro hacia el pasado de mi vida, no es que no quiera ver las cosas tal como ocurrieron, es sólo que prefiero recordarlas de una forma artística.
 Y, verdaderamente, toda ésta mentira es más real porque yo la inventé.
 La psicología clínica nos plantea de forma muy firme que los traumas del pasado, son unos asesinos al final.
 Los recuerdos no se reciclan como los átomos y las partículas de la física quántica; pueden ser olvidados por siempre.
 De hecho, mi pasado es como un cuadro inconcluso, y como artista de ése cuadro; tengo el deber de rellenar los hoyos feos y hacerlo hermoso otra vez… 
 No es que yo haya sido deshonesta, es sólo que detesto la verdad.
 Por ejemplo, ésas enfermeras: llevan puesto el traje de Calvin Klein de la próxima temporada, yo también lo llevo puesto… Y los zapatos son de Giuseppe Zanotti…
 Quise colocar sus gorros quirúrgicos hacia un lado, al estilo de las boinas parisinas, creo que ése detalle hace ver más romántico todo. También creo que el color menta estará muy de moda la próxima primavera.
 Observa a la enfermera de la derecha, ¡tiene un gran trasero! ¡¡BAAAMM!!; la verdad, en aquél entonces, en ésa clínica sólo se usaban unos grandes gorros para mantener alejada la sangre del cabello de los médicos.
 …Y, ésa chica de la izquierda, le ordenó a la enfermera hace un par de horas que le trajera gomitas con forma de ositos y un cuchillo… ¡Sólo le dieron las gomitas con forma de ositos!...
 Me hubiese encantado enormemente que a mí también sólo me hubieran dado las gomitas con forma de ositos…”.