Después de un largo verano todo llega aclarase, ves las cosas con mas definición, sin aquellas imperfecciones que creías que existían. Solo sientes miedo al nuevo curso, a la impresión que darás después de tres meses sin ver a la personas con las que compartes un mismo lugar nueve meses al año. Tienes que afrontar todo aquello con lo que te puedas topar, aún por lo desagradable que sea y mas si eres nuevo en algún sitio, te dará mas fuerzas para afrontar otros tres trimestres de duro trabajo.
No tenía miedo a las dificultades: lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros.
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